Exterior. El pórtico.
Se enfocan los píes, de quienes un instante después de que todo naciera de negro, comenzaron una conversación.
- ¿Cómo está él?
- Está bien, le gusta dibujar y escribir.
- ¿Duerme temprano?
- No, pero ya sabes como es él.
- ¿Ahora qué hace?
- Debe estar dibujando algo, está en su cuarto desde temprano, se encierra cuando dibuja, no come, dice cortarle la inspiración. ¡Es todo un artista!
- Si, eso temo.
Los píes se alejan, pero no son ellos los que se mueven, sino la cámara. Se enfoca en el suelo, y comienza a subir, atraviesa el techo, se ve el piso de la segunda plata, la vista se pone otra vez en horizontal y atraviesa una puerta. Entran en el cuarto del joven. Está completamente desordenado y vacío. No se le da importancia a nada en especial, la cámara entra, y se pasea por la habitación. -Las pinturas. Los cigarros consumidos. Las montañas de ropa. La cama destendita-.
Se detiene alfin. A la derecha de la vista, sin centrarlo ni darle mucho enfoque, se lo ve ahorcado con una correa, que estaba ajustada al tuvo de colgar la ropa.
Los créditos a la izquierda.
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