Sobre este blog.

Cuatro años después del Septimo Cigarro, siendo un ex-fumador de tabaco y habiendo dejado de lado muchas de mis depresiones adolescentes, me vi aquí nuevamente tratando de robarle palabras al viento, para inmortalizar y/o dejar ir experiencias. Entre ensayos y esbozos intento recobrar esa antigua parte de mi, que creía había muerto.

02 julio, 2009

Cautiva gitana.

"Entre el aroma de los inciensos, y a la luz de las velas..."

Mueve tus manos con el mejor de los ritmos, cierra tus pestañas, un segundo solamente, para hacerme la idea de un mundo sin tus ojos. Mírame, pero con la indiferencia que lleva la altivez de tus pasos, para verte lejos, para extrañarte. Paséate por el salón, da vueltas y regresa, bailando y conquistando, con telas largas, y con el pashmira morado. Eleva las manos, siente el aire pasar por tu cuerpo. Silénciate. Tararea. Arrodíllate, envuélvete en sedas, tápate y finge que te apagas por un momento, para luego lanzarte a los aires, como cuando renaces de las derrotas, firme y segura.

Déjame volar contigo, tú con tus telas, yo con mis humos, enamórame en los saltos, con tus palabras extrajeras, cántame al oído, hazme retorcer. Respírame en la cara. Decidida. Vuelve a otro lado con rapidez, la mirada, cuando mi boca agonizante, parezca acercarse demasiado a la tuya. Golpéame con tu cabello. Quiébrate en voz, en piernas y salta, sacude las telas. Rodéame. Aséchame. Bárreme con la mirada, invítame a largar de tu piel mis manos, niégame algún beso perdido. Zapatea al piso, aplaude, y deja que eleve tu falda, hasta el espacio necesario para sentirme inundado de ti.

Cuéntame entre bailes y cantos lo que tus ojos han visto, la pobreza, la historia de tu gente, háblame de otras realidades, de lo que has sufrido, y no es que tus ojos no me basten para viajar, es sólo que quiero que me lo digas solo a mí, con tu voz quebrada con tus pasos suaves y fuertes. Susúrrame, grítame, siéntate frente a mí, con tu silla volteada, deja las telas en el suelo, que te abriguen sólo los humos de mi cigarro, deja el cabello suelto, mírame a los ojos, y sin entregarte, al contrario, completamente ajena, deja que el escenario de piso de madera se reduzca a lo que no te dejarás hacer, que se reduzca a no poder tenerte ni en sueños.

Se puso de píe, justo después de esparcir todo con su aroma, justo cuando casi drogado pretendía cubrir el suelo completo, sólo con mi cuerpo. Se puso de píe, se envolvió, recogió sus aretes largos de plumas y mostacillas, dejó de agarrarse la falda, soltó un suspiro, bebió la copa de vino que dejé sobre la mesa, se arregló el cabello, y se acercó. Paralizado sólo la vi, prender un cigarro y aproximarse. Piel canela, cabello largo, nariz pequeña, ojos gigantes, cejas arqueadas, un lunar junto a la nariz y una boca que se iba abriendo, su lengua húmeda bañó mis labios, regalándome una bocanada de humo, que por poco me devolvió la vida. Se fue alejando de mí, sugeriendo una sonrisa, hasta perderse entre la cortina de colgantes y después por completo al atravesar la puerta.

Se escuchó el portazo, cuando todo junto a mí luchaba por mantenerse quieto, y yo por moverme, por correr tras ella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Guuuuuuuuta, parece cancioncita al principio :)

Anónimo dijo...

fue suficiente tocayo!!!
q buennnn post!!! =)