
Porque Silvio aún te espera,
y de Sabina te robaron.
Me contaste una vez, que todas las canciones en las que sonaba tu nombre habían sido arduamente buscadas y escuchadas por ti. Me contaste una vez, cuando era más barriga que niño, varios de tus problemas y me dijiste también que les di buena solución. Me contaste, y no una, sino varias veces sobre tus enamorados, y también sobre aquellos hombres con quienes te viste profundamente involucrada, por pura confusión de adolescente ilusionada supongo. Me contaste también sobre tus gatos negros, sobre los peces mágicos del Dú, y sobre los perros gigantescos que tenía tu madre en la otra casa. Me has hablado tanto de tus amigas que al igual que yo, te llevan años de diferencia. Me hablaste de Camila, hasta que una vez mencionaste se volvía naranja y gigante cual calabaza. Me has visto la cara desde que la tuve y a pesar de eso, una vez en mi cumpleaños lloré por que no quería salir sólo contigo a comer helados. Me hiciste memorizar “cherri” cuando no sabía ni ir al baño solo, por todo un año completo para luego encontrarlo convertido en restaurante. Me hiciste la tarjeta de cumpleaños más grande que haya tenido. Me acompañaste a comprar una pulsera que diga: R y P para regalársela a mi enamorada. Me propusiste hacer un libro de cuentos, y explotar en la carátula el hecho de que nuestras iniciales sean las mismas. Te olvidaste de mi cumpleaños número dieciséis. Fuiste la primera en llamarme Gabriel.
He ido sólo tres veces a tu casa, y una vez en la azotea de la mía, te conté uno de los problemas más difíciles que enfrento en mi corta vida. Has hablado de mí a la mitad de las personas que me presentaste. Escribí dos cuentos donde te incluía como protagonista.
Y ahora miro atrás un poco, como diría Nito, será que la segunda crónica tiene hasta cierto punto razón. Será que los años han venido cargados de eventos que aunque parezca imposible pueden llegar ha separar por más tiempo de lo que pueden contener en sus trecientos sesenta y cinco días. Será que de pronto me estoy poniendo naranja y gigante. Será que otro tipo de problemas te han ido aquejando y no he podido solucionar. Sea lo que sea, debe ser como todo últimamente, “cosa de la edad” sé que irá cambiando con el tiempo. Y hasta entonces éstos, los recuerdos anteriormente mencionados, serán los que conservaré.
Te esperamos…
He ido sólo tres veces a tu casa, y una vez en la azotea de la mía, te conté uno de los problemas más difíciles que enfrento en mi corta vida. Has hablado de mí a la mitad de las personas que me presentaste. Escribí dos cuentos donde te incluía como protagonista.
Y ahora miro atrás un poco, como diría Nito, será que la segunda crónica tiene hasta cierto punto razón. Será que los años han venido cargados de eventos que aunque parezca imposible pueden llegar ha separar por más tiempo de lo que pueden contener en sus trecientos sesenta y cinco días. Será que de pronto me estoy poniendo naranja y gigante. Será que otro tipo de problemas te han ido aquejando y no he podido solucionar. Sea lo que sea, debe ser como todo últimamente, “cosa de la edad” sé que irá cambiando con el tiempo. Y hasta entonces éstos, los recuerdos anteriormente mencionados, serán los que conservaré.
Te esperamos…
Odla.
2 comentarios:
hay.. io tb t dcia Gabriel.. (ñak).. jaja..
ESta muy bonito *ERBOS LIBRA*
Si hay algo divertido es describir a alguien o algo :)
ps:io tb leo lo q escribes =D
correccion: ERBOS Lirba!
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