Sobre este blog.

Cuatro años después del Septimo Cigarro, siendo un ex-fumador de tabaco y habiendo dejado de lado muchas de mis depresiones adolescentes, me vi aquí nuevamente tratando de robarle palabras al viento, para inmortalizar y/o dejar ir experiencias. Entre ensayos y esbozos intento recobrar esa antigua parte de mi, que creía había muerto.

01 agosto, 2008

El terror y la rosa...

Como un perro se arrastraba entre la sangre y los restos de cuerpos, que tirados por doquier se dejaban comer por los gusanos. Jadeaba por el desenfreno que parecía acabarlo por completo, con temblores avanzaba a paso serpiente hasta la frontera del murmuro, donde el silencio daba sus brutales mordiscos. Sangrando y babeando continuaba el camino, siguiendo el rastro de suplicios y pedazos de hombre.

La sed asesinaba al engendro, que aceleraba la respiración, queriendo encontrar algo de vida que arrancar sin piedad, entre sus interminables grietas de sombra, sobre la acera.
Con tierra en las uñas, y con colmillos amarillos, cerraba un poco los ojos sombríos carentes de aquel brillo único de luna, mientras su penetrante gruñido se extendía sin terminar por toda la ciudad, que en llovizna de fuego se calcinaba como sólo sabe hacerlo un hombre expuesto al terror, en estos, sus años de mayor poderío.

Trozos de edificios en escombros, gigantescas pilas de destrucción y charcos de sangre sin fondo, el aire se iba bañando con aquel, el olor de sangre al oxidarse, el aroma del infinito frenesí, perfume de asesinos y de salvajes terrores. La bestia se extendía por toda la ciudad en llamas, hasta un pequeño rincón de una habitación a medio destruir, en una delgada grieta en el suelo, de donde brotaba una pequeña rosa, que por defenderse de la salvaje bestia, nació con espinas. Y con ésta, nació toda una larga y nueva historia.




Entonces volvió a preguntar, nunca renunciaba a una pregunta una vez que ya la había formulado en su pequeña cabecita rubia. Yo, encontrándome irritado respondí cualquier cosa:

- Las espinas no sirven para nada. Son pura maldad de las flores.




1 comentario:

Gisel dijo...

me gusto me gusto :D
saludos (: