
Hoy, la noche sangra en todas sus horas, y no existen más aquellos vientos helados que lo paralizan todo. Hoy el ambiente no se puso asquerosamente cultural, ni los aires de escritor precario me han venido tan bohemios, como siempre lo hacen o lo han sabido hacer hasta ahora. Hoy los segundos eternos parecen haber culminado de una buena vez, e instantes antes de recobrar el conocimiento por completo, exterminé la sombra de aquello que como una mancha deshonraba continuamente mi ser. Hoy, como otros días, pero con seriedad legítima, entierro a pocas cuadras de mi casa numerosos recuerdos.
Marco hitos por costumbre a lo largo de todo lo que me ocurre, pero hoy, no muere ninguna otra parte de mí, no se queda en ninguna otra pequeña zanja, que mi cabeza confundida crea esperando dejar atrás el problema, hoy no dejo caer retazos de lo que pude ser, por todos lados. Hoy, como nunca he hecho, me dispongo a no dejarme perder entre los espejismos de sentenciado, y enfrentando la corriente de lo frecuente, pretendo leer mis memorias más recordables y recuperar lo poco que puedo de mí, dejando para siempre los arquetipos que intenté adaptar.
Hoy realmente me gusta lo que veo en sus ojos, que me miran con mayor luminosidad, cuando la beso y cuando me dejo perder en ella. Hoy descanso la mirada, que acompañada de una sonrisa infantil, buscan ansiosas encontrar el vaso medio lleno a todo, mientras que el pecho me golpea con fuerza, pero ahora sólo por amor. Hoy la psicóloga me sonrió un poco más de lo normal e inclinando la cabeza ligeramente hacia la izquierda, me dijo que la terapia estaba siendo bien llevada.
Marco hitos por costumbre a lo largo de todo lo que me ocurre, pero hoy, no muere ninguna otra parte de mí, no se queda en ninguna otra pequeña zanja, que mi cabeza confundida crea esperando dejar atrás el problema, hoy no dejo caer retazos de lo que pude ser, por todos lados. Hoy, como nunca he hecho, me dispongo a no dejarme perder entre los espejismos de sentenciado, y enfrentando la corriente de lo frecuente, pretendo leer mis memorias más recordables y recuperar lo poco que puedo de mí, dejando para siempre los arquetipos que intenté adaptar.
Hoy realmente me gusta lo que veo en sus ojos, que me miran con mayor luminosidad, cuando la beso y cuando me dejo perder en ella. Hoy descanso la mirada, que acompañada de una sonrisa infantil, buscan ansiosas encontrar el vaso medio lleno a todo, mientras que el pecho me golpea con fuerza, pero ahora sólo por amor. Hoy la psicóloga me sonrió un poco más de lo normal e inclinando la cabeza ligeramente hacia la izquierda, me dijo que la terapia estaba siendo bien llevada.
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