Ahí descansa el paraguas mojado,
junto a la mesa con libros leídos,
los cuadernos escritos
y los cuadros ya vistos.
Ahí descansa el cigarro fumado,
las tasas sucias y la ropa usada,
al costado de los lapiceros sin tinta,
y los papeles arrugados.
En la carne incrustada,
está la bala disparada,
que derramó sangre
y acabó con una vida.
Ahí, los escritorios empolvados,
que están junto a mis sueños,
atrapados en telarañas inertes,
esperando que yo alguna vez los rescate.
Las mismas canciones,
en cada segundo,
y el mismo aire,
han opacado mi mundo.
El teléfono en silencio,
las botellas sin alcohol,
una alfombra con sangre
y un cuerpo conocido en el suelo.
Esperanzas marchitas,
preguntas sin salida,
un dedo sin anillo
y ojos húmedos.
Hoy ha sido un día agotador,
he jugado tres papeles,
he sido cruel conmigo,
victima, culpable y testigo.
junto a la mesa con libros leídos,
los cuadernos escritos
y los cuadros ya vistos.
Ahí descansa el cigarro fumado,
las tasas sucias y la ropa usada,
al costado de los lapiceros sin tinta,
y los papeles arrugados.
En la carne incrustada,
está la bala disparada,
que derramó sangre
y acabó con una vida.
Ahí, los escritorios empolvados,
que están junto a mis sueños,
atrapados en telarañas inertes,
esperando que yo alguna vez los rescate.
Las mismas canciones,
en cada segundo,
y el mismo aire,
han opacado mi mundo.
El teléfono en silencio,
las botellas sin alcohol,
una alfombra con sangre
y un cuerpo conocido en el suelo.
Esperanzas marchitas,
preguntas sin salida,
un dedo sin anillo
y ojos húmedos.
Hoy ha sido un día agotador,
he jugado tres papeles,
he sido cruel conmigo,
victima, culpable y testigo.
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