Sobre este blog.
30 junio, 2009
Escena primera.
Interior. La sala de estar.
Tres hombres. Dos sentados. Uno de píe. Los dos sentados bebían whisky. Uno, de los dos que estaba sentado, al que llamaremos primer hombre, llevaba una camisa roja, el otro una negra. El tercer hombre, el que permanecía de píe, fumaba un Marlboro light. Hablaban muy rápido.
Primer hombre: No huevon. Yo estoy hablando de los pantalones.
Tercer hombre: ¿De los pantalones? ¡Carajo! Yo hablo de los chocolates.
Segundo hombre: ¿A quién le interesan los chocolates?
Primer hombre: A mí no.
Tercer hombre: A mí tampoco, pero pensé que hablaban de eso.
Segundo hombre: Idiota.
Tercer hombre: Esta bien... Esta bien... Rebobinemos.
Primer hombre: Ok. Decía que caminaba con unos Snickers.
Segundo hombre: No con los chocolates.
Tercer hombre: Si. si. ya lo dijeron.
Primer hombre: Tenía una cartera pequeña, y un polo apretado.
Segundo hombre: uuuf! Y dices que era rubia ¿no?
Primer hombre: Si.
Tercer hombre: ¿Y qué carajos hacía con él?
Primer hombre: Tenía fichas.
Segundo hombre: ¿Eres sano o idiota?
Tercer hombre: Sé que tenía fichas y todo, pero igual, ese pata era un completo imbecil.
Primer hombre: Si, es cierto, pero tenía un Alfa Romeo, creo que yo también le haría caso.
Segundo hombre: Tú porque eres un maricón de mierda.
Tercer hombre: ¡Jaja! - Reía mientras encendía un segundo cigarro.
Primer hombre: Y bueno, bajaron del coche y caminaron hasta el hotel.
Segundo hombre: ¿A ese hotel? ¡Tacaño! Podría pagarle algo mejor.
Tercer hombre: ¿Y qué más?
Primer hombre: Se acercaron al ascensor y ahí empezó lo chevere.
Segundo hombre: ¿En el ascensor? ¡Que pendejo! Se pasó de tacaño.
Primer hombre: No imbecil. Eso no, es que se le acercaron los de la mafia esa.
Tercer hombre: ¿Y que fue?
Segundo hombre: ¡Lo mataron pues!
Primer hombre: ¡Nada de eso! Mataron a la chica, el broder se escondió en la barra de recepción, y los rellenó a balazos.
Tercer hombre: ¡Nah! No jodas. ¿A todos?
Segundo hombre: ¿Mataron a la flacota? ¡Hijos!
Primer hombre: Si, los mató a todos, porque tenía una shutgun en el saco.
Tercer hombre: ¿Qué? ¿Una escopeta en el saco? ¿Y nadie la vio antes?
Primer hombre: Ah... Verdad... No lo noté.
Segundo hombre: Es ridículo. ¿Qué culpa tenía la rubia?
Tercer hombre: Ni pensar. No veré esa pela nunca.
Primer hombre: Pero en serio es buena.
Tercer hombre: ¡Jaja! No ni pensar. Debe ser malísima.
Fin de la escena.
26 junio, 2009
Ocaso de un tonto rey imaginario.
“Coincidimos al instante, como si ya lo hubiéramos platicado…”
Entre tragos y bocanadas, me vi extrañamente inspirado, con uno de esos aires que matan y dan vida a la vez. Me acerqué al piano y como si se tratase de una máquina de escribir, empecé a tipear uno de esos versos que carecen de forma, más no de ritmo, el piano comenzó a sonar con graves y con más graves, en la sala retumbaba la armonía, amarga y desgarrante.
Fumo en la sala que decorabas y limpiabas muy seguido, porque ahora no estás ni tampoco la extraña enfermedad que tuviste que arrastrar, bebo en la sala por la que te gustaba pasear, porque sé que ahora no me puedes ver completamente borracho y si desde algún extraño aleph me logras ver, quiero verme como estoy realmente, acabado y podrido por tu ausencia, pues, sería mentirte si me muestro tranquilo y tratando de sobrellevar tu pérdida, y mentirte es algo que nunca supe hacer del todo.
25 junio, 2009
Conversación en la cocina.
Hacía rato que se la había pasado en el mismo plan, dibujando con el dedo sobre la servilleta un árbol y mil flores por todo el papel, y siguiendo con la mirada el recorrido que hacia una mosca en vuelo. Con la mano con la que no dibujaba, se agarraba el pelo medianamente corto.
La puerta se abrió y cerró al instante, un par de tacos altos comenzaron a subir las gradas, entró a la cocina y la vio ahí, sentada, sin ánimos, como la había visto esos últimos meses. Ni siquiera le preguntó como estaba, adivinó la respuesta. Le dio un beso en la cabeza y abrió el frigider, sacó la mantequilla y la untó en el pan que cortó anteriormente. Arrastraba un carácter, como para encerrarse. Se sirvió un café y mientras le ponía el azúcar, la joven arrinconada preguntó casi renunciando a alguna esperanza. “¿Cómo anda todo?”
A. Bien, Todo bien.
B. ¿Y mi papá?
A. Tranquilo. Leyendo como siempre.
B. ¿Sigue fumando?
A. Ya sabes como es él.
B. ¿Está todo bien entonces?
A. Si. Si. Todo está bien.
B. Ahh…
A. Voy al cuarto, estoy cansada.
B. No, espera. Lo olvidaba, tengo que pagar la universidad.
A. Ah, cielos. Ahora no tengo plata.
B. Tengo plazo hasta el lunes.
A. Y yo no cobro nada hasta la quincena.
B. Me dijeron que si no pago para el fin, ya no podría entrar a clases.
A. ¿Le has comentado a tu tía?
B. Si, pero tampoco tiene.
A. ¿Por qué le dices? Te he dicho que no me gusta que se entere de este tipo de problemas.
B. ¡Mamá eso es lo de menos! ¿De donde vamos a sacar plata?
A. ¿Preguntaste si podrían aumentar el plazo?
B. Si, pero me han dicho que ya debemos mucho.
A. ¿A quien le pedimos ahora?
B. No sé.
A. Tiene que haber alguien…
B. En el trabajo. ¿No habrá alguien?
A. No, ni pensar. Estamos hasta el cuello.
B. ¿Alguna amiga?
A. ¡Ay! ¿De quién? Ya le debo a Rocío por lo de la luz.
B. ¿Y a mi papá?
A. Tu papá está con muchos gastos. No sé si podrá pagarnos éste mes.
B. ¿Tan mal está?
A. Tiene gastos y ahora con el colegio.
B. ¿Qué colegio?
A. Si. Si. La zorra esa, le ha clavado los hijos encima… No quería contarte de esta forma.
Cualquier parecido con la realidad, es pura conincidencia.
15 junio, 2009
Intervención gráfica. IV
12 junio, 2009
Ex-fumador.
Una vergüenza tal, que parecía no poder contenerla en mí, una vergüenza que por lo general me hace cometer aún más errores. Y no sé si es esto se trate de un error, pero a veces me suena ridículo, poniéndolo como: El autor de www.septimocigarro.blogspot.com ha dejado de fumar. Si, por vigésima sexta vez.
Si no tengo cáncer, alguno de éstos días me dará si no hago algo, y si bien cierto que no estoy dispuesto a soportar ningún tipo de tratamiento, tipo quimioterapia, tampoco estoy dispuesto a dejarme morir tan joven. Al menos hasta pasar alguna decena de años más.
Si, por más estúpido que suene. Yo, quien consideré hace un par de horas, el fumar, como uno de los placeres más grandes de la vida, tan igual como comer y follar. Yo quien intenté incluso denominarlo como un arte, o como bien lo dijo Empedocles, se trataba de ésta acción la única conexión que tiene el hombre con el elemento fuego, ya que con los otros podemos mantener una relación tangible.
Por más vergüenza que me de, y sin miedo a cualquier clase de crítica, lo digo: Hoy dejé de fumar.
10 junio, 2009
Al final.
impartiese su tortura,
en tierras grises,
de humo y metal líquido.
En una mañana perdida,
de profundas cicatrices,
cuando niños inocentes,
eran arrojados al mar.
Viví en una tarde agresiva,
de cigarros y balas,
cuando cascos y espadas,
se unían en una tormenta de sangre.
Y morí en una noche tardía,
en una oscura calleja,
y en una tierra baldía.
Morí así sin amor ni moraleja.
Le dejé una memoria precoz,
sibilas sin salida,
razones abiertas,
preguntas sin respuestas.
Y ella me dejó un sin sabor,
un sin salida, un sin razón,
un azul eternizador,
la infinita angustia
06 junio, 2009
Gabriel dice:
Que relajador es eso.
Si tienen el tiempo, disfruten el mismo placer, (cigarro-música)
Es lo mejor.
Los más sinceros deseos de felicidad para aquellos que siguen con la mirada mis letras.
02 junio, 2009
Hogar. En Junio.
B. Nada, ¿Por qué?
A. Estás raro, no sé solo pregunto.
B. ahhh.. ¿nunca has sentido, eso de esperar algo, sin tener la seguridad de qué?
B. Es un poco deprimente, y desconcertante, inquietante. ¿Será que me desespero por cualquier cosa?
A. ¿Te parece? No seas noico, pon el café a pasar, ¿Vas a salir?
A. Preparate un par de cafés, hablemos esta tarde.