Empecé a sentir curiosidad por aquel chico. Me encaramé a la tapia para espiarlo. Era uno como todos, pequeñísimo, de rostro arrugado, grandes píes y de barba larga, como la de un anciano. Llevaba una camisa roja, y unos pantalones cortos. Venía dos minutos ya, mirando al suelo, como si buscara algo, con semblante poco afable, como si se tratase de algo muy importante. Llevaba un sombrerito curioso, que no llevaba el resto, se agarraba la barriga, de seguro acababa de comer. Pateó una vez más el suelo, con sus botitas rojas y frunció el seño, como un niño haciendo rabieta. No ha de ser un gnomo muy educado, deduje, parecía más bien del tipo engreído y caprichoso. Después de un rato, se sentó en una piedra, la que se cayó por el peso, y el pequeño se topó con lo que tanto había estado buscando. Su pipa para fumar.
1 comentario:
botitas rojas <3
ahahahaha!
me ncanta!
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