Sobre este blog.

Cuatro años después del Septimo Cigarro, siendo un ex-fumador de tabaco y habiendo dejado de lado muchas de mis depresiones adolescentes, me vi aquí nuevamente tratando de robarle palabras al viento, para inmortalizar y/o dejar ir experiencias. Entre ensayos y esbozos intento recobrar esa antigua parte de mi, que creía había muerto.

16 septiembre, 2009

Intervención gráfica. IX

Me he hecho de las drogas necesarias, pero los tiempos no ayudan. En septiembre no se escribe.

02 septiembre, 2009

Séptimo cigarro. 6

Sexto cigarro


Hace días que no puede escribir. Tiene el café. Tiene el cigarro. Tiene incluso el nunca disponible tiempo para poder escribir, pero no. Y en esa situación se vio, cuando prendió el sexto cigarro.

Sentado y apoyado en su escritorio, con una lámpara de luz amarilla y con música tranquila, en resumen, el ambiente perfecto. No es suficiente. Nunca es suficiente últimamente. Sentía el repudio y odio que sólo puede sentir un presunto escritor al no poder verse reflejado en el papel. El sexto cigarro. Como un toro divisando a su victima botó con fuerza, el humo de la nariz. Ebrio de tanto oír nada y queriendo vociferar sólo mantuvo el repugnante silencio. Dos horas sentado. Tratando de pensar. Tratando de evadir la impaciencia infantil que a veces por completo lo asaltaba. Sin tener mucha idea de nada y con las palabras hechas un nudo a las faldas de la garganta, con un dolor de brazo tan desesperante como el cigarro que parecía infinito, que no lo relajó en lo más mínimo, al contrario pareció alterarlo.

El cigarro finalizó con un par de arcadas. Aplastó el cigarro contra el cenicero con adversidad inigualable.

Queda uno.