Sobre este blog.

Cuatro años después del Septimo Cigarro, siendo un ex-fumador de tabaco y habiendo dejado de lado muchas de mis depresiones adolescentes, me vi aquí nuevamente tratando de robarle palabras al viento, para inmortalizar y/o dejar ir experiencias. Entre ensayos y esbozos intento recobrar esa antigua parte de mi, que creía había muerto.

19 noviembre, 2008

Sobre Miraflores...

Recordaré una vez más y sólo para percatarme de todo lo que ha muerto de mí en esos lares.

Por donde empezar dijo Gabriel, lanzando una nueva bocanada de humo-lucky e imaginando un capitulo cualquiera de Los años maravillosos.

Recordaré el ovalo primero, grande, lleno de gente de todo tipo. Pasaré junto a la municipalidad, por aquella calleja de gatos, cruzaré Larco y seguiré hasta alcanfores, donde algún día viviré. Luego sentiré la hermosa brisa humedecida como siempre, las hojas secas en la pista y vereda, el suave aroma a cannabis y continuaré caminando. Pasaré por mi cafetería de siempre, pintada de naranja con tonalidad de rock setentero. Con el sabor del café americano en la boca, podré sentarme y pensar en mi colección de plumas cuculí que tanto me gustaba/en mi sui géneris a todo volumen/en los golpes de mi hermano mayor y los consejos de mi otro hermano/en mi pepegrillo/en mis cuarenta y siete hamsteres/los cuentos de Abril/en las poco entonadas canciones de mi mamá/los cien años de soledad que mi hermana me contó/las tiradas de pera/mi Monoliso/mis GiJoes medio rotos/la colección de carritos de mi tio.

Pasaré entre los trilces recuerdos de mi abuelo materno, seguiré con mi primer cigarro, y con el comienzo de mi adolescencia poco tardía. Los scouts que tanto me enseñaron/las conversaciones con Andrea en el parque mientras se hacían montañas de ceniza por doquier/mis continuas visitas al San Francisco/mis pallmall rojos/mis noches de caminata solitaria/mi huaca pucllana/la llovizna tan típica que me gustaba pensar que era parisina/mi ambiente rebuscadamente bohemio/el Silvio Rodríguez que aprendí a escuchar/mis quince navidades/mis dieciséis cumpleaños/mi primer y espantoso noviazgo/el gato meón que visitaba volublemente mi techo/la compra de cigarros en el Repshop en la madrugada/mi guaraná sin gas.

Llegaré finalmente al último cigarro que consumí en mi casa de miraflores, desde la ventana, como solía hacer de noche. Junto a Piero, que prometió dejar de fumar terminando la mudanza, cuando el sol apenas pensaba en ocultarse y nos rodeaba aquella pesadez única que sigue al almuerzo. En el comedor de la casa, donde curiosamente fumé por primera vez años antes.